Rafah. La víspera del Ramadán, el ejército israelí volvió a bombardear la franja de Gaza con saldo de decenas de muertos, en medio de una fuerte movilización internacional para enviar ayuda humanitaria a la población del enclave que se encuentra al borde de la hambruna.
En la Jerusalén ocupada, el ejército israelí impidió a los palestinos entrar en la mezquita de Al Aqsa para rezar, a pesar de que hoy es el primer día del Ramadán, mientras en Gaza realizaron los ritos en espacios habilitados entre las ruinas, en la oscuridad, luego de que los bombardeos destruyeron más de mil mezquitas desde que comenzó la guerra, el 7 de octubre pasado.
Ambas partes en conflicto se acusan mutuamente de impedir un acuerdo de alto el fuego. El jefe de Hamas, Ismail Haniyeh, manifestó ayer que el grupo islamita sigue para una tregua.
Hamas exige que Israel se comprometa a poner fin a su ofensiva militar, retirar sus fuerzas y permitir a los palestinos desplazados regresar a sus hogares en toda la franja de Gaza.
Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra israelí, declaró que Hamas quiere que el Ramadán se convierta en un baño de sangre
Al cierre de esta edición, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, felicitó el inicio del mes sagrado musulmán.